¿Qué es un entorno VUCA?

Años antes al 2008, las empresas trabajaban en entornos más estables y predecibles que el actual y formaba parte de la normalidad hacer planes estratégicos a 5 años vista. Sin embargo, desde hace 10 años, las cosas han cambiado a un ritmo muy rápido en el plano empresarial y en nuestros hábitos personales, como consecuencia de la imparable evolución de la tecnología y la  incertidumbre económica y política. Por otro lado, el crecimiento de las Startups, compañías que tienen precisamente agilidad para moverse con éxito en entornos de cambio, es lo que también está provocando que las empresas tradicionales se tambaleen.

Hoy en día las organizaciones están inmersas en el Entorno VUCA. Esta terminología se lleva utilizando desde los años 90 en el ejército estadounidense y es ahora en estos últimos 10 años cuando estamos en el epicentro de este nuevo contexto.

¿Qué significa VUCA? 

Viene del acrónimo del inglés que traducido al español nos referimos a un entorno:

Volátil (Volatibility): cambia con facilidad y de forma poco previsible. Es estar sujetos a cambios frecuentes y rápidos como está ocurriendo en la actualidad.

Incierto (Uncertainty): no se tiene toda la información y el conocimiento para actuar. Hay  falta de predictibilidad.

Complejo (Complexity): interactúan un amplio espectro de variables, multiplicidad de fuerzas, mezcolanza de asuntos.

Ambiguo (Ambiguous): se manifiesta en una falta de claridad y la dificultad de entender exactamente cuál es la situación.

Los líderes en este nuevo escenario juegan un papel primordial ya que son los principales agentes del cambio junto con sus equipos.

Las 10 cualidades que debe tener un Líder en el entorno VUCA

1. Son ágiles en el aprendizaje (learning agility): se mantienen actualizados. Adquieren de manera continua nuevos conocimientos y dedican parte de su tiempo a formarse, ya que hacerlo les permite aplicar su know-how a situaciones impredecibles.

2. Transforman lo complejo en partes más sencillas: los líderes VUCA establecen tareas fácilmente manejables, más simplificadas, menos enrevesadas. Se centran en lo esencial, sin perderse en detalles.

3. Rápidos en la toma de decisiones y en la resolución de problemas complejos: cambian el rumbo de la estrategia marcada si la situación así lo requiere aunque no tengan toda la información a su alcance.

4. Inclusivos: integran dentro de sus equipos a personas con diversidad de pensamiento, con un «mindset» que puede ser muy diferente al suyo pero con una finalidad común, llegar al objetivo deseado.

5. Creativos: en la búsqueda de nuevas soluciones, introducen discontinuidad respecto al pensamiento corriente para generar valor.

6. Visión crítica: no consideran su criterio como el único válido. Aceptan que no hay una  única verdad objetiva acerca de cómo funcionan las cosas. Dejan de lado sus creencias limitantes y afrontan los problemas con una mente fresca.

7. Flexibles al cambio: para conseguirlo están dispuestos a desaprender lo aprendido (que no está generando ya resultados) y aprender de nuevo.

8. Emocionalmente inteligentes:  inspiran entusiasmo y motivación. Conectan con las necesidades de su equipo, saben captar las emociones ajenas y las propias, gestionándolas a favor de las personas y de los objetivos de la empresa.

9. Empáticos: entienden la estrategia de la organización y se alinean con los nuevos cambios. Son empáticos con respecto a las necesidades de los clientes y están focalizados en mejorar de manera continua la experiencia de estos.

10. Pensamiento conceptual: trasladan las mejores prácticas de un campo a otro, y con ello mejoran la capacidad de innovación y competitividad. Piensan «out of the box».

Todas estas cualidades se pueden desarrollar en nuestros líderes. Lo primero que habría que hacer es  evaluar en qué nivel están en cada una de ellas. Para hacerlo, se utilizan diferentes recursos como son  la realización de los Assessment y Development Centers, se analizan los resultados de su Evaluación del Desempeño y de las Evaluaciones 360, entre las herramientas más destacadas. Todas ellas, nos dan una información inestimable para conocer sus fortalezas así como áreas de mejora en las que es necesario sigan trabajando. A partir de los resultados obtenidos, es imprescindible diseñar para cada líder un programa de formación y un plan de desarrollo individualizado, si queremos que se sientan una pieza clave, retener su talento y tener a los mejores líderes en nuestra organización.

Cuanto antes  aprendan los líderes y sus equipos a gestionar adecuadamente este nuevo contexto, serán más ágiles en la consecución de objetivos, más competitivos y tendrán mayor facilidad para adaptarse a este ambiente que estará ya presente en los próximos años. Es necesario que nos hagamos la reflexión sobre la actitud que estamos tomando,  ¿Lamentarnos por los cambios tan rápidos que están sucediendo o sumarnos a ellos para conseguir nuestras metas?

¿Tú que piensas?